El aceite es un elemento indispensable para el buen funcionamiento de los motores. Y cada uno tiene una especificación básica que contempla viscosidad y fluidez. Por eso, es clave saber cuál es el adecuado para tu vehículo entre los minerales, sintéticos y semisintéticos.

El aceite mineral se obtiene directamente desde un proceso de destilación y refinación del petróleo, al que se le añaden aditivos. El sintético está desarrollado a partir de procesos químicos en laboratorios. Y el semisintético es una mezcla entre ambos. No necesariamente significa un 50-50, ya que su proporción puede variar.

Sintético vs. semisintético

Descontamos que el aceite mineral prácticamente no se usa en la actualidad, excepto para algunos vehículos antiguos que pueden no estar capacitados para recibir diversos aditivos de los lubricantes hechos en laboratorio.

Entre sintético y semisintético, siempre es mejor el primero. Básicamente porque está hecho “a medida” para cumplir con exigencias más elevadas. En cinco puntos, te contamos por qué.

-Resistencia a la temperatura. Funciona mejor en climas extremos y alcanza más rápido la temperatura óptima de funcionamiento.

-Limpieza. Dejan menos sedimentos dentro del motor. Cumple una función detergente al arrastrar partículas de la combustión y del desgaste para evitar que se acumulen en algunas zonas del motor.

-Fluidez. Es mejor que en los semisintéticos especialmente durante el arranque en frío. Esto minimiza el desgaste al momento de la puesta en marcha.

-Protección. Mantiene intacta la película de lubricación entre las piezas con alta presión de contacto. Las preserva del desgaste incluso en condiciones severas.

-Resistencia a los fenómenos de oxidación. Son los que pueden alterar las propiedades del aceite, disminuyendo su efectividad. También tiene capacidad de neutralizar los ácidos generados por la combustión, evitando así la corrosión del motor.

Diferencia de precios

Si bien los valores difieren mucho según el comercio y la localidad, en líneas generales se puede decir que el aceite sintético cuesta el doble que el semisintético. Por lo pronto, en los principales sitios web de compra y venta, un sintético vale alrededor de $2.400 y uno semisintético, cerca de $1.200, ambos en bidones de entre cuatro y cinco litros.

Cómo medir el aceite

Dependiendo de cada mecánica, del tipo de uso y del estado del motor, podría registrarse consumo de lubricante. Por este motivo no está de más cada tanto (por ejemplo cada 1.000 kilómetros) revisar el nivel.

Si el vehículo no está equipado con un sensor automático, deberá medirse con la varilla del motor. ¿Cómo? Con el motor detenido y con el vehículo en plano horizontal, no inclinado porque podría alterar la medición. Lo recomendable además es que el motor esté frío ya que en caliente el lubricante podría estar más fluido e indicar un nivel superior.

Si la única opción es medir en caliente, hay que tener eso en cuenta y dejar el motor parado unos minutos para que todo el fluido decante hacia el depósito inferior (cárter). De lo contrario, podría indicar menos nivel y agregar de más, algo que podría causar problemas al motor. Lo mejor es agregar de a poco y medir.

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